Caminos Andinos
Tastil

Quebrada del Toro: hospitalidad entre cardones y viento

El turismo Rural Comunitario ofrece la experiencia de compartir con la comunidad que visita lo cotidiano y participar de las labores propias de la región; en la Quebrada del Toro y en Santa Rosa de Tastil se pueden degustar platos, observar aves y participar de talleres de artesanía.

A 59 km de Salta, la Quebrada del Toro ofrece un paisaje para el asombro, recorrerla brinda la oportunidad de compartir con sus pobladores talleres gastronómicos, artesanales y acercarse a la historia del pueblo Tastil y la llegada del Imperio Inca, los guías, afables y conocedores de la riqueza patrimonial de la zona, informan con solvencia.

El recorrido a través de la RN 51 es un ascenso hasta los 3110 metros de altura sobre el nivel del mar donde la Asociación Emprendedores de los Cerros Turu Yaco (Agua con Barro) desarrolla una interesante oferta que permite un contacto directo con los pobladores de la zona en diversas actividades en el marco del Turismo Rural Comunitario.

En el marco del desarrollo que lleva adelante el ministerio de Turismo y Deportes, las familias que integran el proyecto Turu Yaco fueron capacitadas por técnicos del organismo para brindar servicios turísticos. Dicha formación le permitió a la Asociación obtener la habilitación formal en el Registro Único provincial de Emprendimientos de Turismo Rural Comunitario.

Cabe destacar que en Salta 150 familias campesinas y originarias viven de la agricultura y del turismo rural comunitario. Sin dudas, el turismo es una política de Estado que genera desarrollo, inclusión y potencia el valor de nuestra cultura.

Quebrada del Toro: hospitalidad entre cardones y viento

Una experiencia inigualable

Viajar entre montañas y paisajes infinitos a encontrarse con los pobladores que desentrañan los secretos de cada lugar es una vivencia que marca y que Orlando invita a descubrir, en Gobernador Manuel  Solá es indispensable probar la deliciosa comida de Mabel y de Esteban con productos sembrados por ellos y que acompañan a recorrer y cosechar, es una experiencia única, además se encuentran preparando un taller de gastronomía para elaborar y cocinar el propio alimento, visitar la muy bien conservada estación de trenes vestigio de un pasado signado por el tren y por su falta que significó un drástico cambio en el lugar.

A pocos kilómetros Mercedes y Rita regalan su arte con el fieltro y el visitante tiene el contacto directo con la lana con que se prepara: una piedra con hilos de lana que hay que trabajar con las manos hasta que el calor las deje preparadas para cortarla, en otro mesón aguja en mano se crean corazones, pájaros para llevarse como souvenir.

Llegar a Santa Rosa de Tastil a 3110 metros de altura y visitar el sitio arqueológico es conocer y pisar la tierra preincaica que luego los incas conquistaron, el lugar está atravesado por el Qhapaq Ñam (sistema vial andino incaico), hollar la tierra de esas civilizaciones es sentir la continuidad de la historia.

El Museo presenta la historia de un lugar que supo ser centro comercial, Santa Rosa de Tastil abre su rica historia y muestra su esplendor en el sitio arqueológico que conserva el trazado y partes de las casas que los tastiles construyeron. A dos km, de la mano de Manolo, se vive la aventura de trepar para encontrarse con los petroglifos, dibujos en piedra que acercan al pasado remoto, con un cielo surcado por variedad de aves: comesebo andinos, chingolo negrillo, zorzal chiguanco, calandria castaña, dormilona gris, bandurrita pico recto, caminera estriada, palomita cordillerana, águila mora, aguilucho común o ñanco, aves que contrastan con el intenso azul del cielo.

Es ineludible visitar el Centro de Artesanos donde Primitivo muestra las diferentes artesanías en lana, cardón y sus maravillosos tapices tejidos en telar realizados en el silencio que la puna convoca; al frente del Centro, Elsa en su casa invita un té, café con dulzuras caseras para relajarse después de las largas caminatas.

Las familias de la Asociación de Emprendedores del Cerro Turu Yaco esperan al visitante para disfrutar juntos de la belleza y de la historia de la puna, custodiados por los cardones y el siempre presente viento que envuelve y que conmovió al poeta salteño Manuel J. Castilla quien pasó una temporada en Santa Rosa de Tastil y un atardecer le inspiró estos bellos versos: Todo el cielo asentado / su levedad rosada por las cumbres.

Los interesados en disfrutar de la experiencia que ofrece la Asociación Emprendedores de los Cerros Turu Yaco deberán comunicarse por mail a infoturismoturuyaco@gmail.com.

Fuente: salta.gob.ar

Related posts

Tastil la ciudad misteriosa

redaccion1