Caminos Andinos
Jujuy

Turismo Gastronómico – Sabores con historia

Prepara tus sentidos para disfrutar del viaje por la deliciosa cocina jujeña.  Sus sabores son únicos, sus productos y técnicas culinarias se mantienen vigentes en  recetas transmitidas de generación a generación.

Acá no hay conservantes ni enlatados, la comida va “de la tierra al plato”, los diferentes platos gastronómicos recuerdan las raíces de culturas ancestrales. Mientras que la cocina gourmet se enriquece al incorporar ingredientes  naturales.

Se puede disfrutar de los alimentos, de su proceso de elaboración y cómo por medio de un plato llegan a la mesa. No es solo un producto sino que representa toda una historia.

Un factor determinante en la agricultura jujeña es el clima y las diferentes alturas sobre el nivel del mar, lo que propicia diversidad en el desarrollo gastronómico.

Los paisajes y su gente son marca registrada de Jujuy y el norte argentino, pero también la cocina jujeña, con sabores únicos y técnicas culinarias que se mantienen de generación a generación en sus recetas.

“De la tierra al plato” es como llegan las preparaciones que recuerdan las raíces de las culturas ancestrales de la región, pero al mismo tiempo se enriquece la oferta con la cocina gourmet a partir de los ingredientes naturales. 

“Un factor determinante en la agricultura jujeña es el clima y las diferentes alturas sobre el nivel del mar, lo que propicia diversidad en el desarrollo gastronómico”, aseguran.

Cada zona tiene su clásico, y bien lo plantean desde la secretaría de Turismo de Jujuy, que según cada zona destaca los platos a probar en la provincia.

Puna

Aquí hay que degustar la calapurca, cocida con piedras ardientes, una sopa majada, la tistincha o tijtincha, una cazuela de cordero o de llama, el huascha locro, los embutidos y diferentes picantes, de pollo, de lengua, de mondongo. Así como probar las diferentes formas y sabores de las papas que se cultivan con métodos ancestrales sin pesticidas ni químicos.

Yungas

La exuberancia de las frutas tropicales: maracuyá, papaya, palta, plátano, acerola, pitaya, ananá, y el placer en platos inolvidables: humitas y tamales, tartas, yagua, ensaladas variedad con frutas y verduras, chicharrón de pollo y de chancho, api, anchi, arroz con leche, o mazamorra, comparten una gran paleta de sabores.

Valles

Junto a los diques, la especialidad es el souflé de pejerrey, la trucha y los buñuelos con miel de caña de la zona. Imposible perderse de los quesillos con cayote, escabeches, asados, cabeza guateada, milanesa de quesillo, bollos o tortillas,  helados con productos nativos fusionan lo tradicional con la cocina gourmet.

Quebrada de Humahuaca

Aquí es sorprendente la variedad de papas, maíces, habas, humitas, tamales, empanadas, locro con verdeo, cazuelas de llama y cordero. Y los postres como dulce de cayote con quesillo, el anchi de pelón, o la tradicional mazamorra, aportan dulzor, mientras tortillas fritas y api de maíz son ideales para un tentempié.

Para cerrar, los viñedos jujeños se destacan por producirse en extrema altura. De hecho, están entre los más altos del mundo. Allí se cultivan cepas como Malbec, Cabernet Sauvignon, Syrah, Sauvignon Blanc y Pinot Noir. “La amplitud térmica, sumada a la alta heliofanía da como resultado vinos con identidad única, compleja y de gran color. El Instituto Nacional de Vitivinicultura (INV) reconoció la Indicación Geográfica (IG) “Quebrada de Humahuaca”. Algunos de sus vinos han sido distinguidos por su alta calidad, por reconocidos críticos internacionales (93 puntos Parker)”.

Fuente: Ministerio de Turismo de Jujuy y voydeviaje.com.ar

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