A las ceremonias de desentierro sólo asistieron miembros de comisiones organizadoras y lo hicieron en el tiempo previsto.
Por Pamela López
Sin duda fue un carnaval atípico, este año los mojones y los cerros no estuvieron colmados de gente, el talco, la nieve y el aroma de la albahaca se quedaron sin recorrer las calles y los fortines, pero a pesar de ello las diferentes comparsas de la bella localidad de Purmamarca cumplieron con la tradición de desenterrar al diablito con ceremonias donde sólo asistieron los integrantes de las comisiones organizadoras y sin organizar eventos.
Esto fue posible porque previamente presentaron un listado con las 20 personas que asistirían a los mojones y de esta manera a partir de las 16, las comparsas llegaron hasta los mojones del pueblo situados al pie de los Cerros de Siete Colores y en el Paseo de Los Colorados, cada una lo hizo en un horario diferente para no provocar grandes aglomeraciones de gente, ya que los mojones son cercanos. En este sentido hubo un operativo a cargo de la Seccional 57° que controló los ingresos con 15 efectivos y 8 alumnos del Instituto de Seguridad Pública.
La primera comparsa en arribar fue la Agrupación Social, Cultural y Deportiva Chanca- Chanca, ellos decidieron no desenterrar al muñeco del diablito pero sí realizar la ceremonia de manera simbólica y también ofrendar a la madre tierra.
Mientras vecinos y visitantes sólo podían mirar desde muy lejos, la comparsa Juventud Chanca-Chanca llegó hasta el mojón pasadas las 16.30, en esta ocasión la banda alegró a lo lejos a la gente.
Los diablos mayores bajaron cantando y bailando desde el cerro, pero esta vez solo los esperaban 20 personas, entonces rodearon el mojón y buscaron al muñeco del diablito para sacarlo con mucha alegría.
Mientras ellos desenterraban, la comparsa La Salamanca también hizo la ceremonia a la Pachamama, pero en el mojón ubicado en otro extremo, camino al Paseo de Los Colorados.
En este sábado, marcado por un inicio de carnaval muy atípico en Purmamarca, la última comparsa que desenterró al rey momo fue la de Los Corazones Alegres. Los Cerros de Siete Colores fueron testigos de una ceremonia distinta pero que no perdió la algarabía típica de los lugareños, en tiempos de carnaval.
Fuente: El Tribuno Jujuy